Su objetivo principal mediante el cual éste agente pidió ser asignado a la unidad de los Expedientes X era porque quería saber acerca del paradero de su madre, luego de haber sido abducida por enésima vez.
En 1997, el Hombre Cáncer comienza a enviarle cartas, sin embargo, Jeffrey se las devolvía sin haberlas leído.
Más tarde, luego que su padre incendiara la oficina de los Expedientes X, Spender, junto a la agente Diana Fowley empezaron a trabajar en esa división.
Jeffrey siguió órdenes del Hombre Cáncer para que Mulder y Scully fuesen despedidos del FBI.
Más adelante, cuando se opone a los deseos de su padre, él mismo le dispara en la cabeza y aparentemente muere.
Tres años después reaparece en el capítulo "William", sobrevivió al disparo pero se convirtió en sujeto de experimentos horribles que le desfiguraron su rostro casi por completo, dejándolo irreconocible.
Atestigua a favor de Mulder cuando fue acusado falsamente del asesinato de Knowle Rorher y en contra de la gran conspiración de quien era parte su propio padre.
En 1991 esta agente trabajaba en Washington D.C. como agente especial del FBI. Fue en ese entonces que se conocieron con Mulder y juntos fueron descubriendo los Expedientes X.
Su aparición en la serie es durante el capítulo "The End", cuando regresa al FBI para investigar el caso de Gibson Praise, cuando es la única que está de acuerdo con el agente Mulder acerca de que Gibson se anticipó al disparo que iba dirigido hacia él.
Más adelante fue asignada junto a Jeffrey Spender a la división de los Expedientes X.
El Hombre Cáncer recurre a ella cuando su hijo Jeffrey lo defrauda.
Al final, ella ayuda a Scully a recuperar y salvar a Mulder, es por eso que fue asesinada.
Fue asignado a la división de los Expedientes X por el Director Alvin Kersh para que liderara la búsqueda del agente Mulder, en el primer capítulo de la 8ava temporada "Within".
Su presentación ante la agente Scully no fue de buen gusto, pues ella le echó encima un vaso de agua.
Más adelante, Scully se da cuenta de que es en verdad un hombre de confianza aunque bastante excéptico, todo lo que estaba asociado a la vida extraterrestre, para él significaba solamente "basura". A medida que avanzaban los capítulos, él pudo ver a través de sus propios ojos situaciones inexplicables: los supersoldados imparables.
Todo esto lo lleva, al final de la serie, a testificar a favor de Mulder cuando fue acusado del asesinato del supersoldado Knowle Rorher.
Esta agente se conocía desde antes con John Doggett, pues ella había estado involucrada en la investigación del rapto y asesinato del hijo de Doggett.
Se involucra con las oficinas del FBI de Washington cuando Doggett le pide el favor de colaborar en la busqueda del agente Mulder, para que le diera otro giro a esa investigación, pues él no quería saber nada que estuviese relacionado con temática extraterrestre.
Mónica Reyes fue asignada a la división de los Expedientes X luego de estos sucesos.
La "especialidad" de la agente Reyes son los crímenes relacionados con cultos y ritos religiosos o antireligiosos.
Su participación en los Expedientes X va muy ligada a prestar ayuda en el sentido de protección y cuidado atento hacia Dana y al bebé William.
Estuvo cerca de la muerte durante el capítulo "Audrey Pauley".
Al final también atestigua a favor de Mulder, aunque, como sabemos, de nada serviría. Mulder estaba condenado desde antes.
Cuando Mulder y Scully huyen hacia Nuevo México, ella junto a Doggett los siguen y fueron quienes ayudaron netamente a que ellos lograran escapar.